Boletín Electrónico No 639 - América Latina y el
Caribe - 1/4/03 "La estrategia
imperialista estadounidense y su momento de verdad"
James D. Cockcroft *
[Este artículo fue escrito para su publicación en revista La Maza, Buenos Aires,
Argentina, Abril 2003.]
El imperialismo estadounidense bélico, con su
estrategia de "la guerra preventiva, global e infinita", ha encontrado su
"momento de verdad" (expresiones favoritas de Bush). Ese momento es la
resistencia de la Humanidad contra la globalización capitalista, su dogma del
"fundamentalismo del mercado" y las guerras sangrientísimas que resultan,
especialmente la guerra contra el pueblo iraquí. Esta resistencia popular ha cambiado la
política internacional aislando al gobierno ilegítimo, genocida y terrorista de Bush.
Aquí se ofrecen algunas definiciones e interpretaciones de este momento, con un enfoque
en las políticas bushianas y el nuevo movimiento antiguerra en los Estados Unidos.
Gobierno ilegítimo de Bush: es
"ilegítimo" porque Bush llegó al poder a través de un golpe de estado por
parte de la Corte Suprema estadounidense (5 votos republicanos a favor y 4 en contra)
después de haber recibido menos votos populares que su rival y con solamente 20 % del
voto de los ciudadanos. Además ha lanzado guerras genocidas contra Iraq y Afganistán y
patrocinado guerras genocidas contra los pueblos indígenas de las Américas. Siguiendo su
propia lógica, nos preguntamos: ¿es necesario "un cambio de régimen"?
Genocidio
Según los artículos II y III de la Convención
para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio adoptada por la ONU en 1948 y
ratificada por los EE.UU. en 1988, "se entiende por genocidio cualquiera de los actos
[...] perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo
nacional, étnico, racial o religioso, como tal: (a) Matanza de miembros del grupo; (b)
Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; (c) Sometimiento
intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción
física, total o parcial; (d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del
grupo; (e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo" y "Serán
castigados los actos siguientes: (a) El genocidio; (b) La asociación para cometer
genocidio; (c) La instigación directa o pública a cometer genocidio; (d) La tentativa de
genocidio; (e) La complicidad en el genocidio" (1).
Las expresiones "total o parcialmente",
"traslado por fuerza" y "complicidad" son importantes, porque tienen
mucho que ver con los crímenes de genocidio económico, mental o físico, todos los
cuales ocurren durante ciertas condiciones a largo plazo, por ejemplo, durante la
globalización capitalista neoliberal que resulta en un proceso de genocidio gradual que
afecta a docenas de millones de personas, trasladándolas por fuerza y matándolas
diariamente de malnutrición, hambre, desocupación o enfermedades, en el nombre del
"libre comercio", "el mercado libre", "los derechos de propiedad
intelectual" y el pago de deudas externas injustas e impagables.
Terrorismo internacional
"El uso ilegal de la fuerza o la violencia,
ejecutado por grupos o individuos que tienen alguna conexión con una potencia extranjera
o cuyas actividades trascienden las fronteras nacionales, contra personas o propiedades,
para intimidar o coaccionar a un gobierno, a una población civil o a uno de sus sectores,
con fines políticos o sociales". Esta definición del terrorismo parece como una
confesión. Proviene del Federal Bureau of Investigation (FBI), institución oficial del
país que más larga experiencia tiene en la práctica de estos menesteres en el mundo
entero (2).
El líder campesino popular boliviano, Evo Morales,
frecuentamente ha señalado que: "Los terroristas son los que aplican los planes del
hambre". Mientras tanto, los embargos contra países excluidos del mal llamado libre
comercio (¿libre para quienes?), como Iraq y Cuba, generan consecuencias también
criminales. Aún la revista Foreign Affairs, la "voz" del prestigioso
"think tank" estadounidense Consejo de Relaciones Exteriores, ha descrito las
sanciones contra Iraq de la última docena de años como "sanciones de destrucción
masiva."
Y ahora vemos la destrucción masiva de ciudades
inmensas como Bagdad, Basra, Mosul, Tikrit, Kirkuk, An Nasiriyah y otras, donde barrios
civiles (no blancos militares) han sido bombardeados en una guerra de "brutalidad sin
precedentes" que "no es una repetición de cualquier otro conflicto y que
consiste de una fuerza, una amplitud y una escala nunca antes visto" (ministro de
defensa Donald Rumsfeld, 21 de marzo 2003). Este es un genocidio premeditado y anunciado
públicamente mediante el mayor bombardeo aéreo en la historia y otras agresiones
criminales como el uso de uranio reducido o armas químico-biológicas. Como dijo uno de
los autores del plan militar "choque y pavor", la estrategia es "para que
un efecto simultáneo ocurriera, como las bombas nucleares en Hiroshima" (3). No por
nada el Che Guevara calificó al gobierno de EE.UU. como "el gran enemigo del género
humano".
Estrategia imperialista y "Doctrina Bush"
La "Doctrina Bush", una forma de Doctrina
Monroe aplicada a todo el planeta, fue claramente explicada en detalle en un documento
oficial que circuló por Internet a mediados de septiembre 2002: "The National
Security Strategy of the United States of America" (4). Es un documento casi
paranoico, escrito en un estilo escalofriantemente racional y en tono de superioridad
moral. En su mayor parte repite varios "strategy papers" anteriores escritos por
personas e instituciones de la ultra-derecha política estadounidense en los 90. Los
autores de aquellos documentos actualmente están en posiciones de altísima influencia en
la administración bushiana. Son gente como Rumsfeld, Wolfowitz, Perle, etc.
En el nombre de la "democracia",
"libertad", "autodefensa", "paz" y "guerra contra el
terrorismo" (una guerra auto-declarada "infinita" y
"preventiva"), la estrategia de la Casa Blanca en este documento reivindica una
posición a favor de la dominación mundial estadounidense, unilateral y sin límites.
Reconociendo que: "Hoy, EE.UU. disfruta de una posición de fuerza militar sin
paralelo", el documento propone la creación de "un nuevo Departamento de
Seguridad Interna y un comando militar unificado [...] la innovación en el uso de fuerzas
militares y tecnologías modernas [
] más énfasis en la colección de inteligencia
[
] fácil acceso a teatros [de combate] lejanos y la protección de la
infraestructura y activos ("assets") críticos en el espacio sideral [...] la
meta debe ser ofrecer al presidente una gama más amplia de opciones militares".
Además, dice que: "Tomaremos las medidas necesarias para asegurar que nuestros
esfuerzos de cumplir nuestros compromisos con la seguridad mundial y proteger Americanos
[de EE.UU.] no estén reducidos por el potencial de investigaciones, indagación o juicio
por la Corte Penal Internacional cuya competencia no aceptamos y no se extiende a los
Americanos [de EE.UU.]".
Es decir, de nuevo el gobierno estadounidense se
revela como un "rogue state", fuera de la ley. Por eso no es sorprendente que
rompiera con la ONU para invadir Iraq, casi de la misma manera que rompió con El Tribunal
Internacional de Justicia de La Haya, Holanda, antes de ser juzgado culpable de
"terrorismo" contra el pueblo nicaragüense y de "agresión armada" y
"violación de la soberanía de otro país", en 1986. Es el único estado en el
mundo entero que ha sido condenado por haber cometido terrorismo internacional y que ha
vetado una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU llamando a los gobiernos a
observar las leyes internacionales.
El terrorismo de Estado a escala internacional
forma una parte clave de la doctrina militar estadounidense. Fue usado en los bombardeos
aéreos masivos e indiscriminados contra la población civil y objetivos civiles (Vietnam,
invasiones a Granada y Panamá, guerras del Golfo, Yugoslavia y Afganistán), utilizando
armas prohibidas, como el napalm, la sustancia naranja, las bombas de racimo, las armas
químico-biológicas, etc.
La "Doctrina Bush" es una política muy
consistente con el rechazo por la administración bushiana de otros tratados y acuerdos
internacionales tales como los de Kyoto (sobre el medio ambiente), ABM (contra los misiles
balísticos), el protocolo del año 1972 de inspección de sitios de producción de
materiales químico-biológicos (contra la producción de ese tipo de armas), la
Convención de los Derechos del Niño y la propuesta de resolución presentada en 2001 por
México ante la 75ta. Comisión de Derechos Humanos a favor de la igualdad de las mujeres
en el acceso a la propiedad y vivienda adecuadas. En cada caso fue EE.UU. el único país
que votó en contra. Lo que los Estados Unidos no aprueba, desde luego, no obedece, o en
las palabras del golpista Bush: "O están con nosotros o están con los
terroristas".
Cuando el documento de septiembre 2002 de la Casa
Blanca define "rogue states", describe las políticas actuales estadounidenses
sin ser consciente de ello. Son estados que "insensibilizan a su propia gente y
dilapidan sus recursos naturales para el beneficio privado de sus gobernantes; no
demuestran ningún respeto por la ley internacional, amenazan a sus vecinos y violan
cruelmente los tratados internacionales; [...] patrocinan al terrorismo en todas partes
del mundo y rechazan los valores humanos básicos". Finalmente, reflejando su
entendimiento de "la libertad" como la libertad de los mercados, el documento
tiene una larga sección con el título emocionante e ilusorio de "Ignite a New Era
of Global Economic Growth through Free Markets and Free Trade" ("Se enciende una
Nueva Era de Crecimiento Económico Global a través del Libre Mercado y el Libre
Comercio"), esto durante la peor depresión mundial en la historia desde los 30.
Imperialismo económico y rivalidad
interimperialista
El imperialismo económico es el capital
monopólico y su expansión a nivel global que se expresa en la
"globalización", es decir, la expansión del capital de las grandes empresas
transnacionales de los Estados Unidos, la Unión Europa, Japón y Canadá. El poder
económico principal es el capital estadounidense que controla 9 de las 10 principales
empresas del mundo, tal como controla 18 de las 25 principales compañías y 35 de las
primeras 50. Estas corporaciones estadounidenses dominan en materia tecnológica,
industrial, de comunicaciones y transportes, materias primas, armas y de alimentación,
sin mencionar el espacio sideral.
Debido a la crisis de sobreproducción de bienes y
las conecciones entre las grandes compañías y "sus" estados, el capitalismo y
los estados en cada centro del imperialismo están en competición y conflicto. Se lo
observa bien en las "guerras permanentes de comercio", por ejemplo, en la
reciente decisión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) contra los aranceles
estadounidenses sobre el acero. La rivalidad se ha intensificado con los desacuerdos
políticos sobre el papel de la ONU y la OTAN en cuanto a la guerra en Iraq. Sin embargo,
para recuperar sus tasas de ganancia y salir de la recesión mundial, el gran capital y
cada poder imperialista siguen con sus políticas neoliberales contra el estándar de vida
de las clases obreras, "sobre-explotando" cada vez más a las mujeres y l@s
inmigrantes. En el caso estadounidense, el Keynesianismo militar de nuevas guerras para
apropiarse más riqueza, el neoliberalismo y el fortalecimiento de su patio trasero
latinoamericano, constituyen la estrategia para salvar su economía y el dólar como
moneda preferida en los mercados internacionales de comercio y finanzas.
La política estadounidense de apoyar a los
mercados "libres" sigue siendo un intento de colonizar el mundo económicamente,
usando sus tropas militares y las de otros estados para reprimir los actos de resistencia
popular desde las Filipinas hasta Colombia. El ALCA y el NAFTA son esfuerzos
estadounidenses para asegurar América Latina como su patio trasero. Lo que no se puede
lograr de esta manera, en otras partes del mundo es intentado mediante la guerra, como en
Iraq.
Militarización, debilidad y lo que está en juego
Reflejando y estimulando los intereses de la mayor
parte de las grandes empresas estadounidenses, el imperialismo norteamericano implementa
una militarización del mundo, amenazando públicamente a 60 naciones (o cualquier nación
donde se encuentra un/a "terrorista" o el desarrollo de armas de destrucción
masiva) con ataques preventivos militares. En realidad, la militarización que lleva a
cabo Estados Unidos es para asegurar e incrementar el control de los recursos naturales,
la expansión del gran capital industrial y financiero y las mejores condiciones para sus
inversionistas, banqueros y comerciantes.
Se refleja una inseguridad y debilidad por parte no
solamente de la administración bushiana sino también del gran capital norteamericano que
no puede competir facilmente con otros capitales. Con la mayor deuda y la menor tasa de
interés en el mundo, EE.UU. corre el riesgo de que japoneses, árabes y otros
inversionistas en bonos y mercados financieros estadounidenses huyan hacia otros países.
Además, con los grandes escándalos como Enron, WorldCom, AOL Time Warner, Tyco, Qwest,
Andersen y otras empresas gigantes, se encuentra en condiciones de perder el dominio del
dólar y el control sobre otras economías del mundo.
Fuerte militarmente, el imperialismo estadounidense
es débil económica y políticamente. Por eso lleva a cabo su política de guerras
infinitas que cree poder ganar contra naciones débiles como Afganistán e Iraq. Pero ni
siquiera puede ganar fácilmente aquellas guerras y ciertamente no puede ganar la paz,
porque no puede controlar las poblaciones y "el efecto bumerang" en todo el
planeta de sus crímenes de superterrorismo bélico y genocida (5).
El ala militar del ALCA lo constituyen el Plan
Colombia, el Plan Puebla-Panamá, la Iniciativa Regional Andina, la Operación Cabañas
2001 en Argentina y otros planes cívico-militares similares. Hay bases, tropas y
oficiales militares y policíacas estadounidenses en casi todas partes de América Latina,
supuestamente para el entrenamiento de fuerzas locales en "la guerra contra el
terrorismo". "La Visión para el 2020 del Comando Espacial de Estados
Unidos", entregada a la prensa en junio de 2002, menciona planes de intervención en
Colombia, Venezuela, Ecuador, Panamá y Perú, o sea, en "estados fracasados"
cuya "viabilidad" dependería de la "ayuda" estadounidense, una
doctrina que se supone se podría aplicar a Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia
o cualquier otro país. Un "estado fracasado" es un estado que no puede mantener
el control sobre sus ciudadan@s. La militarización del mundo sirve para reprimir los
movimientos multitudinarios contra la globalización capitalista y por la democracia y la
paz con justicia y dignidad, tales como las insurrecciones de los y las indígenas en casi
todas las Américas, la Intifada de los Palestinos o los movimientos antiguerra.
Los pueblos latinoamericanos ya han pasado penurias
de decenios de terrorismo de Estado, con su secuela de centenares de miles de asesinados,
desaparecidos y torturados, practicado en buena parte por los 45.000 militares
latinoamericanos capacitados en la Escuela de las Américas creada por el gobierno
estadounidense durante la "guerra fría" y con la complicidad del FBI, la CIA
(Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos) y la DEA (el organismo antidrogas
de Estados Unidos). Sólo en el 2001, más que 15.000 militares latinoamericanos fueron
capacitados por el gobierno estadounidense. Varios congresistas descatados en Washington
hablan de un nuevo "eje del mal" latinoamericano: los presidentes Castro (Cuba),
Chávez (Venezuela), Lula da Silva (Brasil) y Gutiérrez (Ecuador).
En breve, Washington estará movilizando al
Pentágono, la CIA, la DEA, la guardia costera, el Comando Sur y el nuevo Comando Norte
(que intenta unificar las fuerzas armadas de México, Estados Unidos y Canadá bajo el
mando de oficiales estadounidenses), para poner en práctica una política de
intervención sofisticada, coordinada y bien armada con las más modernas tecnologías de
guerra. Lo que está en juego es la soberanía de todos los países de América Latina y
del mundo y el control de sus riquezas naturales, incluyendo el petróleo, la energía y
la mano de obra barata; su biodiversidad y fuentes de agua potable; sus escuelas,
hospitales, viviendas, transportes, seguros sociales, jubilaciones y otras instituciones
de servicio público; sus bancos e industrias y, sobre todo, la sobrevivencia de sus
movimientos sociales que protestan contra la privatización de la naturaleza, la
commodificación de la vida y el pillaje que significa la política neoliberal impuesta
por el imperialismo y sus instituciones financieras como el FMI, el Banco Mundial y Banco
Interamericano de Desarrollo (BID). En efecto, nuestra supervivencia como especie está en
juego.
Nuevo macartismo y encarcelamiento de
antiterroristas
Mientras el imperialismo estadounidense reprime los
derechos básicos de la humanidad en otras partes del mundo, el nuevo Departamento de
Seguridad Interna (DSI) amenaza a todos los ciudadanos y residentes de Estados Unidos y a
sus derechos relativamente "democráticos". El DSI coordina la implementación
de una serie de nuevas leyes aprobadas después del 11 de septiembre 2001 y decretos
ejecutivos que permiten el gobierno intervenir contra individuos, comunidades y hasta
compañías privadas debido al "estado de urgencia" declarado por el presidente
Bush el 14 de septiembre 2001.
La Ley Acta Patriótica de Estados Unidos (2001)
legalizó las operaciones de la CIA contra los ciudadanos dentro de Estados Unidos e
incorporó una vaga, holgada definición de "terrorismo" que sigue haciendo
posible la represión de cualquier organización civil. Hay una demonización y
criminalización de los movimientos de protesta. El pretexto es buscar a los que hospedan
a terroristas o escriben correos electrónico a gente "sospechosa". En realidad
el gobierno quiere vigilar con métodos policiales a los movimientos sociales y de
derechos civiles, los que están contra la guerra, la globalización capitalista y la
persecución de minorías, incluyendo inmigrantes. Comienza un nuevo macartismo.
Ya se lleva a cabo una caza de brujas contra
millones de extranjeros e inmigrantes en Estados Unidos, sean "documentados" o
no, principalmente los 7 millones de musulmanes, en su mayor parte ciudadanos
estadounidenses, pero también muchos latinoamericanos y otra gente cuya piel no es
"blanca". La asociación inmigrante=terrorista ha crecido cotidiamente, no
solamente en los Estados Unidos sino también en Europa. Esto es sumamente útil para los
empleadores porque les permite disciplinar e intimidar aún más a todo el sector
inmigrante de la clase obrera en cada nación y así mantener un bajo nivel salarial que,
en efecto, hace más difícil para cualquier obrero incrementar su salario, sea ciudadano
o no. En los Estados Unidos hay "detenciones preventivas", encarcelamientos y
deportaciones secretas de miles de personas sin obligación de informar a nadie ni
derechos para el sospechoso de llamar a un abogado. Todo esto, fuera de las leyes
nacionales e internacionales. Hay tribunales militares para los extranjeros. El
tratamiento cruel en la base naval de Guantánamo de los 650 "prisioneros" (en
realidad, secuestrados) de más de 40 países es un ejemplo chocante. Amnesty
Internacional lo ha estado denunciando como "tortura".
Mientras tanto, la administración bushiana protege
a terroristas y detiene a antiterroristas. A mediados de 2001 José Dionisio Suárez y
Virgilio Paz, dos terroristas cubanoamericanos convictos que en 1976 mataron al chileno
allendista Orlando Letelier y a su ayudante, Roni Moffitt, en el centro de Washington,
D.C., fueron liberados por el Fiscal General, John Ashcroft. Como ha observado el
vicepresidente cubano Ricardo Alarcón: "Ellos vieron en TV el 11/9 en libertad y no
les preocupó que fueran a ser detenidos para interrogarlos, porque saben que pertenecen a
actividades terroristas que continuarán teniendo el apoyo del mismo gobierno". En
cambio, en 1998 cinco cubanos (incluyendo dos ciudadanos estadounidenses) fueron detenidos
en EE.UU. por haber infiltrado varios grupúsculos de origen cubano para desenmascarar
acciones terroristas contra Cuba. Fueron ilegalmente juzgados culpables de
"espionaje", sin testigos y sin pruebas, y sentenciados a condenas muy duras.
Actualmente, estos "Cinco Héroes Prisioneros del Imperio", como se conocen en
Cuba, están mantenidos alejados de sus familias y entre sí. Es un contraste con el caso
de 120 jóvenes israelíes que fueron deportados antes y después del 11 de septiembre
2001 porque, según la DEA, fueron involucrados en "actividad organizada de
recopilación de datos de inteligencia" (6).
El gobierno bushiano no solamente apoya actos
terroristas sino que los planifica. Un documento clasificado, divulgado a la prensa en
octubre de 2002 y preparado por el "Defense Science Board" para Rumsfeld, revela
un plan del Pentágono para usar un nuevo "Proactive, Preemptive Operations Group
(P2OG)" para llevar a cabo misiones violentas y secretas con la meta de
"estimular reacciones" entre grupos terroristas para provocar ataques contra
gente inocente y así crear otro pretexto para otra guerra o cualquier acto de defensa de
la seguridad nacional (7).
En febrero de 2003 se reveló un documento de 120
cuartillas del Departamento de Justicia proponiendo una serie de nuevas leyes llamado el
Acto de Mejoramiento de la Seguridad Doméstica (DSEA, por sus siglas en inglés).
Conocido como la "Ley Acta Patriótica II", el DSEA autoriza la anulación de la
ciudadanía de toda persona que apoye las actividades legales de una organización
caracterizada por el gobierno como "terrorista". Prescinde de órdenes
judiciales que limiten a las policías locales de vigilar a personas debido a sus
afiliaciones políticas o religiosas. Además, autoriza la deportación de una persona
extranjera que resida legalmente en el país, si el Fiscal General cree que su presencia
podría afectar a la seguridad nacional. Todo esto en el país con la más alta tasa de
encarcelamiento en el mundo, incluyendo dos mil niños "no documentados"(8).
Movimiento antiguerra estadounidense y el momento
de crear un nuevo sistema
El gobierno bushiano es una dictadura que se
desarrolla por etapas. La mejor defensa de los derechos civiles en EE.UU. son los
movimientos sociales: antiguerra, antiglobalización, los grupos que luchan a favor de los
derechos civiles y en defensa de los inmigrantes.
Ni en EE.UU. ni a nivel mundial se ha visto el
desarrollo de un movimiento antiguerra tan grande y antes del comienzo de una guerra como
se ve ahora (fines de marzo 2003). Además, nunca antes se ha visto una conexión tan
fuerte entre la lucha económica y la lucha pro paz, como se ve en la relación entre el
movimiento antiglobalización capitalista neoliberal y el movimiento antiguerra. Las
gigantescas manifestaciones repetidas en los primeros meses de 2003 tienen sus raíces en
varias manifestaciones antiguerra y antiglobalización anteriores y fueron planificados
originalmente en el Foro Social Mundial/Porto Alegre y sus foros regionales, especialmente
el de Florencia, Italia, en noviembre de 2002. Ahora las varias organizadores de la
protesta internacional del 15 y 16 de febrero 2003 reconocen que ningún grupo o
coalición de grupos puede controlar este nuevo surgimiento de docenas de millones de
personas. "El movimiento" los guía y no al contrario.
Cuando la guerra de "choque y pavor"
comenzó el 20 de marzo, varios militantes de la Red de Acción Directa (RAD), un grupo
norteamericano que junto con sindicalistas y otra gente habían hecho fracasar a la OMC en
Seattle en 1999, actuando bajo el nuevo nombre de "Acción directa para terminar la
guerra" (http://www.actagainstwar.org/), paralizaron la ciudad de San Francisco
durante casi dos días bajo del lema de "cuando hay guerra no habrá negocio como
todos los días".
Pero estos militantes, cuya lucha principal había
sido contra la globalización capitalista, pertenecen a uno de los muchos grupos de la
nueva resistencia contra la guerra en EE. UU. Otras coaliciones formidables y enfocados en
la lucha antiguerra incluyen a A.N.S.W.E.R. (siglas en inglés de "¡Actuar ahora
para prohibir la guerra y terminar con el racismo http://www.internationalanswer.org/);
Unidas por la paz y la justicia (www.unitedforpeace.org/); Coalición de solidaridad con
América Latina; No en nuestr@ nombre; Veteranos contra la guerra en Iraq; Poetas contra
la guerra; Voten no guerra (http://www.votenowar.org/) y docenas más. La mayoría de las
iglesias estadounidenses participan en el nuevo movimiento, incluyendo grupos religiosos
muy activistas y militantes como Pax Christi USA, la Congregación de la Reconciliación,
los Sojourners, el Centro Shalom y la Oficina para Asuntos Globales Maryknoll. Aún la
tímida confederación sindical AFL-CIO está contra la guerra en Iraq. Muchos centros
culturales y laborales en varias ciudades y pueblos constituyen una parte clave del nuevo
movimiento antiguerra. Los estudiantes y la juventud juegan un gran papel.
Bush admite que la guerra hace más probable actos
de terrorismo dentro de los EE.UU. Si un nuevo acto terrorista en la escala del 11 de
septiembre 2001 o mayor ocurriera, provocaría nuevas avances para las fuerzas
ultraderechistas en el país. Pero hay conservadores supernacionalistas como Pat Buchanan
que se oponen a Bush y "su" guerra precisamente porque ven más terrorismo como
una consecuencia y creen que Bush está siguiendo la política de Israel en vez de
fortalecer el "American way of life."
Hay muchos desafíos para el creciente y
heterogéneo movimiento antiguerra estadounidense. Uno es acelerar la participación de
veteranos de otras guerras e incorporar a los soldados actuales y sus familias. Otro es
evitar su cooptación por un nuevo candidato presidencial del partido demócrata, aunque
según las encuestas los que encabezan la nómina actual de candidatos presidenciales son
superhalcones en cuanto a la guerra y a la seguridad interna. Hasta ahora, los
"Verdes" de Ralph Nader no han tenido un papel importante en el nuevo
movimiento. Individuos y algunos pequeños grupos de la izquierda desempeñan un papel
más importante, desde el nivel local en ciertas ciudades hasta el nivel internacional,
como en los casos de A.N.S.W.E.R. y otros.
Otro desafío es intensificar las contradicciones
en la clase dominante (Carter, Clinton, New York Times) y aún en la administración
bushiana (superhalcones como Cheney, Wolfowitz y Perle, halcones como Rumsfeld y halcones
enmascarados de palomas como Powell). Estas contradicciones tienen que ver con la guerra
preventiva sin el apoyo de la ONU y la diplomacia internacional y no con la meta general
del imperialismo.
Otro desafío es resistir al nuevo macartismo y
prepararse para nuevos eventos. Debido a muchos factores la situación política podría
cambiar rapidamente. El movimiento también tendrá que mantenerse después de la guerra
en Iraq. Sobre todo habrá que extender la conciencia pública al nivel del
antiimperialismo, insistiendo en la necesidad de solidarizarse con las luchas de otros
pueblos del mundo.
Ya existen muchas tradiciones norteamericans de tal
solidaridad, especialmente con las revoluciones en América Latina y la lucha zapatista en
México. Además, hay tres movimientos internacionales con los cuales el movimiento
antiguerra estadounidense puede fortalecer sus vínculos facilmente: el mismo movimiento
internacional contra la guerra genocida del imperialismo en Iraq; La Marcha mundial de las
mujeres (http://www.ffq.qc.ca/marche2000/en/index.html) y el movimiento
antiglobalización. La Marcha mundial de las mujeres tiene una rica experiencia
internacionalista en la lucha contra la violencia del patriarchado y del capitalismo y es
evidente que las mujeres y las niñas sufren más de las guerras recientes. También el
movimiento antiglobalización puede contribuir mucho. La política imperialista
estadounidense de "cambio de régimen" que se aplica a los palestinos, iraquís,
venezolanos o a cualquier país que trate de controlar los mercados o inversiones
capitalistas es el motor de su guerra contra el resto del mundo.
El dogma fundamentalista del mercado libre que
trata de privatizar y comerciar hasta el agua y nuestras propias vidas es la otra cara de
la misma guerra. Lo que temen los grandes poderes financieros -cada día más revelados
como los ladrones mayores en la historia del mundo- son precisamente las luchas populares
que rechazan las deudas opresivas, las guerras y matanzas y el tráfico y abuso sexual de
mujeres y niñ@s, al mismo tiempo que apoyan la creación de una democracia participativa
y de condiciones humanitarias para una vida con dignidad y justicia.
Si la globalización económica actual es el
imperialismo, es decir, la expansión del capital monopólico, principalmente de Estados
Unidos apoyado por una fuerza militar bastante superior, entonces la única solución a
los problemas creados por la globalización es la socialización de aquellas grandes
empresas y sus sucursales en América Latina y otras partes del mundo. Solamente nuevas
alternativas anticapitalistas y revolucionarias -bien pensadas y organizadas, pluralistas
y democráticas- y alianzas internacionalistas pueden vencer tantos obstáculos tan
fuertes, sea en Estados Unidos, Argentina, Iraq o cualquier otra parte del mundo.
Como dijo Martin Luther King: "los Estados
Unidos es el peor proveedor de violencia en el mundo". Será la tarea del movimiento
antiguerra estadounidense cambiar el país para terminar con el imperialismo. Solamente un
cambio profundo abriendo el camino a un nuevo sistema -socialista, pluralista y
democráticamente participativo- puede lograrlo.
Notas:
(1) http://www.preventgenocide.org/es/derecho/
convencion/textos.htm>
(2) FBI Policy and Guidelines, 16 de febrero de
1999.
(3) CBS News January 27, 2003; New York Times,
February 2, 2003. Estados Unidos es el poder principal en el desarrollo y uso de armas
químico-biológicas de destrucción masiva. Entregó los materiales y aprobó el uso de
tales armas por Saddam Hussein en los 80 cuando apoyó a Iraq en la guerra contra Irán.
Además, antes de su muerte en enero de 2003, el científico Riley Housewright, quien
dirigió los laboratorios del ejército estadounidense en Fort Detrick, Maryland, entre
1956 y 1970, admitió que los laboratorios habían desarrollado varios tipos de plagas que
destruyen cosechas y ciertas formas de antrax para incapacitar al pueblo y las tropas
cubanas durante una invasión norteamericana. En los 90 hubieron varios casos supuestos de
guerra bacteriológica de Estados Unidos contra Cuba que incluían la introducción de la
influenza africana de los puercos y la plaga del arroz Sogata. Véanse
<http://abcnews.go.com/sections/us/
DailyNews/jointchiefs_010501. html>; "Riley
Housewright, Microbiologist, Dies at 89", The National Post, January 17, 2003
(<http://www.canada.com/national/>) y <www.antiterroristas.cu>.
(4) Washington, D.C.: White House
<http://www.whitehouse.gov/nsc/nssall.html>
(5) He hecho notar el efecto bumerang en mi último
libro América Latina y Estados Unidos (México: siglo veintiuno editores, 2001, página
95) "Varios extranjeros acusados [y convictos] de poner las bombas que casi
destrozaron el World Trade Center y de haber planeado otros actos terroristas en la ciudad
de Nueva York fueron admitidos en el país en 1993 a petición de la CIA. Estos hombres
habían trabajado con el grupo de [Gulbuddin] Hekmatyar [...] el bien armado aliado de
Estados Unidos en Afganistán contra la incursión militar soviética de los 80". Es
decir, Hekmatyar fue un "CIA asset" [activo] en los 80, junto con Saddam
Hussein, Bin Laden y otros.
(6) Véanse Saul Landau, "Entrevista a Ricardo
Alarcón", Progreso Weekly, 13 de febrero 2003,
<http://www.tni.org/archives/landau/alarcon-s.htm> y Tampa Tribune, 15 de agosto
2001. No es coincidencia que 8 de los 11 principales funcionarios del gobierno bushiano
encargados de las relaciones con América Latina son exiliados cubanos, todos con
experiencia de practicar o apoyar al terrorismo, sin mencionar otras personas convictas de
crímenes en los 80 en puestos altos del gobierno como John Poindexter, jefe del proyecto
del Pentágono "Total Information Awareness" o Elliott Abrams, jefe de la
"Office for Near East and North African Affairs" del poderoso National Security
Council (NSC), ambos altos oficiales durante el asunto Irán-contras.
(7) Véase Chris Floyd, "Global Eye - Into the
Dark", Page XXIV, 1 de noviembre 2002. El segundo "presidente" Bush
frecuentamente dice que "los que dan refugio a terroristas son tan culpables como el
propio terrorista". El primer presidente Bush, presionado por su hijo Jeb Bush
(actualmente gobernador de Florida), liberó a Orlando Bosch, el exiliado cubano
superterrorista responsable de las muertes de docenas de personas inocentes y más de 30
actos terroristas documentados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. ¿Según
la definición del señor Bush, significa esto que su papá y hermano son terroristas?
(8) Véanse: "Entrevista: James Cockcroft 'En
Estados Unidos estamos ante un nuevo macartismo'", Clarín, Buenos Aires, Argentina,
5 de enero de 2003; http://www.whitehouse.gov/news/
releases/2001/09/20010914-4.html ; Robyn
E. Blumner, "Patriot II: If you liked Patriot Act I, don't miss the sequel", St.
Petersburg Times (Florida), 16 de February 2003; Christine Delphy, "Guantánamo y la
destrucción del derecho", Correo de Prensa de la IV Internacional Boletín
Electrónico No 393 - América Latina y el Caribe - 20/9/02 [<germain@chasque.net
>]; y "U.S. Decries Abuse but Defends Interrogations 'Stress and Duress' Tactics
Used on Terrorism Suspects Held in Secret Overseas Facilities", Washington Post, 26
de diciembre 2002.
* El latinoamericanista, sociólogo e historiador
estadounidense Dr. James D. Cockcroft, fellow del Instituto Internacional de
Investigación y Formación en Amsterdam, Holanda y profesor vía internet de la
Universidad Estatal de Nueva York, ha escrito 35 libros sobre América Latina, asuntos
internacionales y derechos humanos, incluyendo América Latina y Estados Unidos Historia y
política país por país y La Esperanza de México (ambos México/Buenos Aires: siglo
veintiuno editores, 2001). <jcockcro@hotmail.com>
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